Desde mediados de abril y en medio del conflicto entre el Gobierno y el campo, el Banco Central (BCRA) se convirtió en el gran protagonista de la plaza cambiaria. Con sus intervenciones, hizo bajar al dólar nada menos que siete centavos hasta ahora. También apareció como comprador de bonos, en ese caso para evitar la caída.
Ocurre que las intervenciones del BCRA buscaron por un lado castigar a quienes, ante la incertidumbre por el futuro económico, se refugiaron en el dólar como presunta inversión segura.
Para los analistas consultados por infobaeprofesional.com, el objetivo de corto plazo del Banco Central sigue siendo el de desactivar cualquier especulación sobre un ajuste importante en el valor del dólar.
La opinión generalizada del mercado es que quienes compraron dólares en las últimas semanas " van a perder mucho dinero", ya que el Banco Central decidió mantener el valor de la divisa para evitar mayores presiones sobre los precios.
En esa línea, el gobierno tiene una línea de trabajo que es muy sencilla: doblarle el brazo a los que compraron dólares en el máximo. La forma: debilitar la cotización todo lo posible antes de fin de mes para que la pérdida se refleje en el balance de las empresas.
Así, desde el inicio de la crisis, el billete perdió siete centavos. Esto es lo curioso, pues ante una demanda extraordinaria, por lo voluminoso y por que está fuera de contexto, el precio no se dispara al infinito. Todo gracias a las ventas que viene realizando el BCRA, desde el inicio del conflicto. El precio que paga el país, claro está, se refleja en la caída del stock de reservas.
Cabe consignar que no hace mucho tiempo, desde el propio gobierno se le daba especial énfasis al hecho de contar con más de u$s50.000 millones de reservas. Hoy están cómodamente ubicadas por debajo de los u$s48.800 millones. La diferencia es una forma de cuantificar el costo de la disputa.
El mercado hoy
Existe consenso que en el muy corto plazo el objetivo del BCRA es llevar la cotización bien abajo.
En el mercado se habla de $3,10 como piso, para obligar a las empresas a contabilizar ese valor en los balances de mayo y de esta manera reflejar la pérdida por diferencias de cotización, entre los valores a los que teóricamente compraron en el momento más álgido de la crisis y el fin de mes.
Pero el castigo adquiere otras variantes. En forma paralela, con la aspiradora de pesos funcionando a más no poder por la venta de dólares, las tasas en pesos se recalentaron, ya que
pasaron del 11,6 al 19,6% en cuestión de días.
Esta suba influye fuertemente sobre los números de las empresas, que se ven presionadas a desprenderse de dólares a precios baratos y realizar la pérdida o pagar un alto costo para hacerse de pesos. La venganza está en marcha.
Según
Carlos Risso, de Notibancos.com, muchos inversores consideran que el conflicto no tiene solución a la vista y ello despierta temores. “En estas condiciones, el
precio actual es un regalo”.
Mariano Sardans, de la firma de inversiones FDI, afirmó que el Banco Central
"tiene las herramientas para frenar cualquier eventual corrida y para obligar a las empresas a liquidar divisas, como se vio con la suba de tasas para grandes empresas, que las obliga a vender dólares para financiar su capital de trabajo".
El experto en inversiones señaló, sin embargo, que "más allá de lo que ocurre en el frente cambiario, lo que se empieza a sentir es el
freno en la cadena de pagos, que es la antesala de un enfriamiento en la actividad comercial y productiva".
En la otra parte del mostrador están los inversores que ante el nerviosismo que genera la lucha entre el gobierno y el campo y las incertidumbres que ello genera, se refugiaron en el billete pagando precios que a valores de hoy son elevados. Y lógicamente se plantean que hacer.
De aquí en más
Un cambista le dijo a infobaeprofesional.com: "Tener un conflicto tan prolongado es desgastante para todos y no le hace bien a nadie. A todo esto, el mercado se anticipa y se pagan las consecuencias, ahora con la pérdida de reservas".
Existe consenso entre los analistas del mercado que el billete norteamericano se moverá exclusivamente en los términos que propone la autoridad monetaria. Y los inversores lo saben.
Para la mayoría, esto no será eterno. Risso apunta que “en algún momento va a haber una solución y se volverá a situaciones de normalidad con ello, una suba del precio”.
"Se supone que cuando este conflicto entre el agro y el gobierno se arregle, los exportadores van a tener que vender los granos y habrá una avalancha de dólares", acotó el CEO de FDI.
En tanto, el mercado está agazapado y espera…
Si bien todo el mundo se imagina más o menos lo que puede llegar a ocurrir si alguna vez se destraba la situación, nadie cuestiona que todo dependerá de lo que disponga el BCRA, en cuanto a la cotización de la divisa.
En este punto debe tenerse en cuenta que un dólar a $3,10 en el segmento mayorista puede comenzar a levantar críticas de parte de los industriales nacionales, ya que ese precio alentaría importaciones, que ya vienen creciendo a un ritmo superior al 60%, en tanto que pueden afectar la competitividad de las exportaciones. Y eso el mercado lo sabe y es lo que alienta a retener los billetes por lo menos en el corto o mediano plazo. En términos argentinos, se sobreentiende.
Es por ello, que todo hace suponer que para los inversores que mantienen cierta liquidez, el juego podría plantearse de la siguiente manera:
- Comprar dólares lo más barato posible
- Si ya se compró, y se tiene resto, comprar más y promediar para abajo
- Esperar la resolución del conflicto
- Salir de los dólares
- Colocarse en pesos
Esta secuencia es muy sencilla de exponer en los papeles. Para efectivizarla se requiere un seguimiento casi obsesivo del mercado. Con una gran afluencia de dólares producto de liquidaciones de exportaciones que se fueron dilatando, el Banco Central se verá obligado nuevamente a comprar dólares, por lo que reconstituirá reservas e inyectará pesos al circuito.
Esta inyección de pesos operará negativamente sobre las tasas. De ahí la necesidad de estar alerta para no perder puntos al hacer un hipotético depósito en pesos.
¿Cómo cierra todo?
Si quien compró dólares a u$s3,15 se fija un horizonte de corto plazo con un dólar de $3,20, habrá obtenido una renta en pesos del 1,6%. El próximo cuadro de la película podría ser constituir un plazo fijo a una tasa por ejemplo del 12% a fin de año.
Haciendo algún número grueso, y tomando en cuenta las proyecciones que economistas como Miguel Broda u Orlando Ferreres efectuaron en el seminario organizado por infobaeprofesional.com, se obtendría una ganancia en dólares muy importante de aquí a fin de año y la bicicleta verde cerraría. (Ver: “Expertos anticipan cuál será el valor del dólar los próximos meses”)
Pero hay que tener en cuenta una cosa: la cadena de la bicicleta todavía la tiene Martín Redrado.
"¿Conviene comprar dólares a $3,14?"