Pese a que decidió reactivar su planta de Córdoba, donde fabricará el Siena y una pick-up, la compañía espera más señales. No es difícil reconocer a Sergio Marchionne, el CEO mundial del grupo Fiat. Rodeado de los máximos ejecutivos de la compañía en la región, es el único de sport -sobrio sweater negro-, pelo un poco más largo que lo tradicional y un cigarrillo apagado en la mano, con el que jugará varias veces durante la entrevista con iEco.
El hombre que rescató a Fiat de una crisis profunda y pérdidas diarias de 3 millones de euros, es un abogado de 55 años, nacido en Italia pero formado en Canadá, que no tenía experiencia en la industria automotriz. En 36 meses dio vuelta a la fabricante de autos, que dejó atrás el rojo en el último trimestre de 2005 y, este año, según sus cuentas, ganará 8 millones de euros diarios.
El ejecutivo llegó al país para participar del megalanzamiento latinoamericano del nuevo Punto o Grande Punto, una de las grandes apuestas de la renovación de gama de Fiat tras la asunción de Marchionne, en junio de 2004. El viernes, se reunió con Cristina Kirchner en Olivos, a quien le ratificó que la compañía reactivará su planta cordobesa, que había dejado de producir en 2002.
Invertirá US$ 60 millones para fabricar el Siena, a partir de fin de año. Y desembolsará otros US$ 80 millones para montar una pick-up en sociedad con la india Tata desde fines de 2008. La empresa tiene una participación de poco más de 10% en las ventas del sector, lo que la ubica lejos de los tres primeros: Volkswagen, General Motors y Peugeot.
Marchionne reconoce que, para avanzar en futuros proyectos, entre los que podría estar incluido el negocio de maquinaria agrícola (Fiat es dueña de CNH Case New Holland), la Argentina aún debe dar muestras de una mayor estabilidad.
- ¿Cuál es su visión sobre América latina?
- Mucha gente posee una mirada negativa de América latina. Todos hemos tenido una mala experiencia, pagamos el precio por la exuberancia en Brasil cuando el mercado cayó, también lidiamos con las consecuencias de la crisis argentina. Ahora soy más optimista. Veo estabilidad en Brasil.
- ¿Y la Argentina?
- Está tomando decisiones, tiene un gran futuro. Pero creo que tiene que hacer un compromiso abierto y abrazar algunas reglas claras de juego limpio y respeto por las obligaciones que asumen. Es mi expectativa que el sistema internacional le dará a la Argentina el nivel correcto de asistencia para llegar a ese nivel. Nosotros nos fuimos y volvimos al país y ahora estamos reabriendo la planta. Hacemos este compromiso en vistas a un nivel incremental de confiabilidad. Estamos aquí para quedarnos. Creo en el país, pero tienen que ser absolutamente claros en las decisiones porque el mundo los está mirando.
- ¿Piensan en más modelos para la planta?
- La capacidad que tenemos en Córdoba es de 150.000 vehículos. Haremos 50.000 Sienas el año que viene y a principios de 2009, 20.000 pick-ups. La fábrica es técnicamente escalable, lo que quiere decir que si le asignamos inversiones adicionales, se puede producir más. Todo depende de si somos exitosos en alcanzar el objetivo de un millón de autos en ventas en Latinoamérica para 2010 y que nuestra participación, que hoy es de 10% (sobre un mercado local estimado este año en 520.000 unidades), llegue a 15%. Córdoba jugará un gran rol en esa meta. Pero tenemos que sentirnos cómodos en este país.
- ¿Habrá nuevas inversiones?
- Una nueva fase de inversión en este país, que significaría capacidad adicional en las líneas de pintura en Córdoba y quizá algún tipo de actividad en equipos agrícolas, requeriría fondos frescos. Queremos apoyar el desarrollo del mercado agrícola, aunque sea localizando algunas partes del proceso de producción, siempre que encontremos la forma de hacer una inversión permanente. Que no pase como sucedió en Córdoba. Vi la planta en 2004 y estaba abandonada, pero la inversión había sido hecha. Tenemos que asegurarnos de no ver esto otra vez en la Argentina. No me gustan estas inversiones, de unos pocos meses, para después irnos.
- ¿Cómo ve el futuro de la industria a nivel mundial y la avanzada de las marcas asiáticas?
- No hay nada mágico en lo que hacen japoneses y coreanos. Ejecutan sus estrategias casi sin errores. Invierten tranquilamente y, día a día, van ganando mercado. Tenemos que aprender de esa eficiencia. El tema acerca de ellos es que son absolutamente predecibles: hacen siempre las cosas de la misma manera. Los europeos podemos movernos más rápido.
- ¿Se están quedando atrás?
- El mercado más importante para BMW no es Europa ni Alemania, es EE.UU. Hay un gran número de fabricantes europeos que se extienden más allá de las fronteras, que atacan los EE.UU., China. Se están convirtiendo en jugadores globales.
- ¿Cuáles serán las grandes automotrices del futuro?
- Chinos y japoneses estarán en el top ten. Y también los europeos. Pero solo veo un estadounidense, aunque no me atrevo a decir cuál. Tienen una tarea difícil por delante. Y Fiat va a estar. Fiat está destinada a convertirse en un grupo industrial con proyección internacional. Debe hacerlo, pero estamos tratando de ponernos al día después de perder oportunidades. Esto no es una crítica a lo que pasó, sólo estoy reconociendo dónde estamos en comparación con la competencia. Y tenemos que cerrar esa brecha a la velocidad de la luz.
Por Natacha Esquivel, Martín Bidegaray para Clarin |