No haremos leña del árbol caído. A favor de la ex Ministra queda la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario. Las explicaciones del caso las deberá hacer en la Justicia, como ha dicho en su nota de renuncia.
Los desvaríos de la política oficial en los últimos tiempos, mas allá de sus ribetes policiales e incluso anecdóticos, tienen causas profundas y comunes.
En primer lugar, el deterioro de los indicadores económicos en el último año y medio muestra con total claridad que un Presidente no puede ser su propio ministro de Economía. Particularmente, en el caso de un presidente como Kirchner, que de economía entiende muy poco. Aunque su olfato político lo lleve a pensar que como las buenas noticias han venido desde ese frente le conviene asumir ese rol. Sin embargo, los costos de los errores acumulados y de la inacción se pagan tarde o temprano. Los paga el Presidente y, mucho mas importante, los paga el país.
En segundo lugar, la administración de los intereses del pueblo no puede quedar en mano de funcionarios aduladores, obedientes, mediocres, tímidos, carentes de iniciativa y temerosos de ofender el humor presidencial. Esta administración esta plagada de gente con estas cualidades y las decisiones aun de detalle las toma el Presidente. Pero el Presidente no tiene un plan. No tiene un plan económico. No tiene un plan de educación. No tiene un plan de política exterior. No tiene un plan para acabar con el delito. Kirchner solamente tiene un plan político y un vacío de ideas, de planes y de programas en todo lo demás.
En tercer lugar, como el Presidente tiene solamente un plan político, la negación de la realidad es parte del plan cuando la verdad es inconveniente. Por eso, cuando la realidad impone al gobierno la obligación de diseñar y promover un plan de ahorro energético, la respuesta del Presidente y de su ministro adulador es que seria faltarle el respeto a la gente...
Por estas razones estructurales y como a cinco meses de concluir su mandato es improbable algún cambio de estilo presidencial, la modificación en el Palacio de Hacienda será meramente anecdótica.